Año 2003
Cada vez es más difícil ver esta estampa de mujeres trabajando en la calle cosiendo alpargatas en Cervera, los hiladores, urdidores, trenzadores, peteros y alpargateros cosiendo suelas con sus bancos con la plancha típica de nogal por las calles o en cuevas, esto ya es historia. Hoy en día con la globalización se ha ido todo al carajo, los empresarios aprenden lenguas desde el Asiático al Inglés y se mueven por estos mundos con mucha soltura, lo otro ya es romanticismo. Algunos nos preguntamos ¿es bueno esto? yo no lo sé, pero es lo que hay, nos tenemos que adaptar a las nuevas formas de trabajar y vivir si queremos subsistir y seguir viviendo de la mejor manera que nos dejen y a ser posible con un poco de calidad, talvez esto suene a sumisión por parte de uno, pero con los años que tengo, que son bastantes, me doy cuenta que siempre he sido un sumiso a una cosa o a otra, incluso ahora con la jubilación, que ya no tendría por que tener ninguna forma de sumisión, ahora estoy atado y sumiso a las pastillas para seguir viviendo, y de momento lo puedo contar, mañana no lo sé.
La calle Hiladores pertenece a la parte más alta del anfiteatro del pueblo de Cervera, linda con el monte, si uno quiere ir en coche a la calle Hiladores tiene que tomar precaución ya que es una calle estrecha, dos coches no pasan, para volver hacía tras es difícil, al final de la calle hay una plaza que se puede aparcar y poder disfrutar de una vista de Cervera a ras de tejados con sus montes de fondo, lo mejor es andarla a pie. Estas dos señoras estaban tomando el sol y trabajando cosiendo los tomos a la alpargata, las sillas son las adecuadas para este trabajo son mas pequeñas que las normales, incluso algunas son más bajitas, supongo les facilita el trabajo para hincar la aguja empujada por la zapatilla (un trozo de metal cóncavo atado en la palma de la mano, hace las funciones de un dedal) en la suela y poder seguir cosiendo para entregar la tarea cuanto antes
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