¿OLIVO? Tal vez
¿Olivo?
Tal
vez.
¿Escultura?
Seguro.
Que mano
te esculpió
Sin
dejar firma.
Hace
algunos años, en un día, dibuje este olivo, tan sutil, recién trabajado por su
propio escultor que por su propia inercia de poda anual dejo el árbol desnudo
de follaje, en su propia piel, de esta manera poder disfrutarlo con lujuria de
su desnudez para todo aquel que lo supiera ver. Me acuerdo en que parte del
monte estuve en aquel momento sentado frente al olivo y coger la tableta como
soporte junto con un DIN A4 satinado, para que el roting se deslice con más
suavidad y la línea sea nítida y de esplendor al pequeño dibujo; pero no sé
exactamente donde está el olivo, seguramente su forma actual habrá cambiado,
como es natural, lo mismo que yo al paso de las estaciones y años. Tal vez ha
sido arrancado de su pedazo de tierra por ser poco rentable o estará vestido
con todo su pomposo ramaje si el repilo (enfermedad del olivo) no le ha atacado,
dando sus frutos a su escultor que bien merecido lo tiene recoger su premio.
Los
años no pasan en balde se hace viejo todo lo que uno pueda recordar y nosotros
nos hacemos viejos junto con las cosas que vivimos, el secreto de poder
soportar esta evidencia está en saber capear las trifulcas que nos da el destino
y decirse a uno mismo que todo es un sueño sin retorno. –Si el destino no tiene
solución porque preocuparse-, solamente hay que vivir o por lo menos procurar
vivir el día a día con toda alegría y no perder la esperanza del bien mientras
dure y nos proporcione nuestra salud y dejar energías para generaciones siguientes
que continúen aportando su granito de arena y puedan encontrar sus propias
cualidades en su forma de vivir. Por muchas vueltas que le demos al coco esto pasa
a todo ser viviente, a los que están arriba del todo y a los que están abajo, sean
sus posturas de diferente color, de esta manera la vida cada día es nueva para
todos, aun que percibamos que todo sigue igual.
Siempre,
en este proceso de la vida hay quien quiere revivir nostalgias de tiempos
pasados que muchos recordamos en blanco y negro, en cambio, jóvenes que ni
siquiera lo han vivido levantan el brazo al son de Montañas Nevadas.
LA GLOBALIZACIÓN
Al
pronunciarla se me llena la boca de tanta importancia que tiene esta palabrita,
G L O B A L I Z A C I Ó N, sobre todo cuando la pronuncian los políticos en sus
discursos reflexivos asegurándonos todos sus parabienes; si examino la palabra,
su contenido un poco nada más, me pregunto: ¿y a mí para qué me sirve si soy un
cateto de pueblo? Seguramente que a los portentosos, al dinero, a los señores
de la guerra, a los paraísos fiscales, bancos, a los magnates de la industria
fugitivos a países sin cargas laborales, a los maleantes y mafiosos y a todos
los fabricantes que buscan explotar aún más al trabajador, especuladores
ventajistas y alguno que me dejo perdido en alguna isla paradisíaca, estos les
va de puta madre, cada día sus riquezas se globalizan a niveles internacionales
acaparando todo cuanto les da de sí su destreza. Yo como cateto viejo, junto
con los millones de catetos de todas las edades y condiciones que estamos en el
mundo, creo que no nos va el sistema, el órdago en todo el territorio español es
de 6.000.000 de parados catetos esperando que llegue su globalización de mísera
para volverlos a “contratar…”, tal vez sería mejor dejarnos de globalizar tanto
y pensar en arreglar primero nuestros pequeños pueblos, que son tumbas
desocupadas y si uno se da una vuelta por las calles de nuestras grandes
ciudades, solamente encuentra huecos cerrados sin nada, lo que antes estaba
lleno de vida. El día que el mundo empiece a des-globalizarse (me parece que ya
estamos en ello) los pueblos ya no se podrán ni siquiera recuperar por falta de
amistad y no digo amor por haberse, ¡ya!, perdido, encontrando dentro de la
globalización otros loves.
¿Por qué estoy tan sola Dios
mío
si todos los que yo quiero los
tengo aquí conmigo?
¿Por qué estoy tan triste si
todo me has concedido?
Ahora para mí ya es tarde,
nada tiene ya sentido.
Me cansé de pelear y mil veces
me he rendido.
El universo creó Dios y desde
allí he caído.
Me encontré con este mundo,
sólo triste y tan vacío.
La noche se va acercando y no encuentro
un alivio.
¡Déjame vivir en paz o llévame
contigo!